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IVANIVAN555@aol.com
Sábado, 19 de Junio, 2021 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica
(Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)
Cada Sábado: Poderes del Juramento a Isaac enriquecen a Israel y a cada Gentil, enriqueciendo la TIERRA entera siempre:
El dÃa llegó, cuando nuestro Padre celestial necesitaba descansar de sus obras, como cuando Él creó cielos y tierra, para que sea su dulce hogar, para Él y sus hijos amados nacidos de su imagen y de su alma santÃsima, descubriendo asà nuevas
riquezas insondables, glorias y honores, que Lucifer falló en conquistar con sus ángeles para su santo nombre en la gloria celestial. Sin embargo, nuestro Padre celestial necesitaba descansar de sus obras, creando cosas de la gloria angelical y de la
tierra igualmente, pero Él necesitaba descansar con sus hijos nacidos de su imagen y a semejanza de su Hijo Jesucristo, y llenos de vida eterna de su EspÃritu Santo, y asÃ, ellos sean uno, asà como ellos son divinamente conociendo el bien y el mal
siempre.
Ciertamente, nuestro Padre celestial necesitaba nuevas riquezas, poderes, glorias y honores para su santo nombre fuegos en la gloria angelical, pero igualmente en la tierra, y esto debÃa ser con sus hijos nacidos de su imagen y a semejanza de su Hijo
Jesucristo y llenos de su EspÃritu Santo, porque Él necesitaba a sus hijos perfectos y santos, asà como Él en la eternidad. Definitivamente, nuestro Padre celestial debÃa conquistar no solamente la humanidad entera, pero igualmente la tierra con
perfecta santidad saliendo únicamente de Él, por su semilla santa, que es su Hijo Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril de Sarah, preparando asà Él mismo el corazón de la tierra con su perfecta santidad, como su reino de amor,
descansando finalmente de obras de la eternidad.
Ciertamente, nuestro Padre celestial necesitaba descansar de todas sus obras, que Él mismo habÃa logrado toda una eternidad, creando no solamente cielos y tierra, pero igualmente el reino angelical junto con el universo, que es inmenso y casi imposible
de alcanzarlo con estandartes humanos, sin embargo, Él necesitaba descansar de sus obras con sus hijos nacidos de su imagen y en su perfecta santidad. Más aun, nuestro Padre celestial habÃa determinado conquistar riquezas, poderes, glorias y honores
para su santo nombre fuegos, que huestes angelicales por las generaciones las habÃan perdido, porque: aunque ellos fueron creados con perfección y santidades eternas, pero siempre fallaban en ser perfectos y santos, asà como Él lo es siempre, por
ende, Él pensó en ti, naciendo de Él, pero primero Adán.
Obviamente, nuestro Padre celestial necesitaba ángeles santos y perfectos, asà como Él siempre es junto con su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, pero Él temÃa crearlos asÃ, porque Lucifer se habÃa revelado en contra de Él y de su santo nombre
fuegos, aunque Él lo habÃa creado a él para ser santo y sabio siempre—pero hacerlo más perfecto, era peligroso crearlos asÃ. Por ende, nuestro Padre celestial pensó en ti, para que tú nazcas de su imagen y a semejanza de su Hijo Jesucristo y
lleno de su EspÃritu Santo, y asÃ, tú puedas ser santo y perfecto, asà como Él lo es eternamente, algo totalmente imposible para Lucifer y el resto de las huestes angelicales cumplir en sus vidas individuales ante Él en toda la eternidad.
Por eso, es que nuestro Padre celestial tuvo que darle vida a Adán y a Eva junto con sus hijos, y este eres tú con tus amados, vecinos y amistades de todo el mundo, porque tú has nacido para ser perfecto y santo, asà como Él en la eternidad, para
glorias sin fin que huestes angelicales fallaron en alcanzarlas para su santo nombre fuegos. En otras palabras, nuestro Padre celestial hubiese fallado continuamente en crear ángeles tan perfectos, santos y sabios como Lucifer, porque para crearlos a
ellos perfectos, santos y sabios, algo imposible, más bien, ellos necesitaban renacer de su imagen y a semejanza de su Hijo Jesucristo para ser perfectos y santos, asà como Él en la eternidad, finalmente alcanzado nuevas riquezas para su santo nombre.
Realmente, esta era una obra imposible para nuestro Padre celestial cumplir con las huestes angelicales, porque ellos fueron creados por poderes de su palabra viva, llegando asà a ser perfectos y santos hasta cierto grado, sin embargo, para ser
perfectos y santos, asà como Él es siempre eternamente, era imposible para los ángeles en la eternidad, excepto si ellos podrÃan renacer de Él. No obstante, con su primer hijo humano Adán entonces nuestro Padre celestial lo lograrÃa, porque
naciendo de su imagen y a semejanza de su Hijo Jesucristo para conocer el mal y el bien, asà como Él junto con su Hijo Jesucristo y con su EspÃritu Santo lo han conocido toda una eternidad, igualmente, sus hijos lograrÃan ser perfectos y santos en su
nueva tierra últimamente.
Esto solamente sucede, con nosotros bautizándoos en agua, invocándolo, como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo para abandonar la carne pecadora y el espÃritu de error, alcanzando perfecta santidad por la carne sagrada y el EspÃritu Santo,
en donde tú serás perfecto y santo, asà como Él es siempre, y asÃ, tú ames, sirvas y lo glorifiques a Él eternamente. Ciertamente, nuestro Padre celestial necesita perfecta santidad de sus huestes angelicales y de sus hijos nacidos de Él y de su
Hijo Jesucristo para exaltar su santo nombre fuegos en su nueva tierra, y asÃ, Él seguir creciendo con ellos toda una eternidad de riquezas, glorias, poderes y honores nunca antes vistos, conquistados por Él mismo y con perfecta santidad siempre.
Verdaderamente, esto es imposible con huestes angelicales, siempre fallando en la eternidad de ser perfectos y santos, asà como Él lo es siempre, sin embargo, con sus hijos nacidos de su imagen y de su alma santÃsima, entonces esta perfección y
santidad, que Él necesita para su santo nombre fuegos finalmente es posible, porque por naturaleza divina somos nosotros perfectos y santo una eternidad entera. Por eso, es que fue importante para nuestro Padre celestial llamar a Abraham a sentarse con Ã
‰l a su Mesa santa para participar del pan y vino, servido diariamente por su Hijo Jesucristo a huestes angelicales, manteniéndolos asà a todos ellos perfectos y santos para su santo nombre fuegos, pero igualmente para sus hijos en la tierra, empezando
con Abraham y familia.
Además, nuestro Padre celestial necesitaba empezar a llenar la tierra con su perfecta voluntad, que solamente puede emanar de Él por su semilla santa, que es su Hijo Jesucristo y su EspÃritu Santo, viviendo en sus hijos de Israel y de las naciones, y
asÃ, Él descansar de sus obras logradas en toda su Creación finalmente con ellos en su perfecta santidad, como siempre. Ciertamente, nuestro Padre celestial necesita establecer su perfecta santidad no solamente para con Israel, pero igualmente con las
familias de las naciones, para que cada hombre, mujer, niño y niña sea perfecto y santo, asà como Él siempre lo es: amando, sirviendo y honrando su santo nombre fuegos con perfecta santidad que atrae riquezas, poderes y gloria en toda la tierra, como
nunca antes.
Además, nuestro Padre celestial necesitaba tener a su Hijo Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril de Sarah, por poderes del EspÃritu Santo, y asÃ, él viva con Abraham y con Sarah, pero igualmente con los hijos prometidos de generaciones
venideras, declarándolos finalmente a todos ellos perfectos y santo, asà como Él lo es para glorias de su santo nombre en la tierra. Realmente, esta es la santidad perfecta de nuestro Padre celestial, emanando únicamente de Él a semejanza de su Hijo
Jesucristo, como carne de Isaac sin pecados en sus hijos, exaltando su santo nombre fuegos amado, honrado y glorificado por Él, finalmente descansando de sus obras, de otro modo, Él fallara en reposar, si su santo nombre fuegos no es amado
apropiadamente en el Sábado.
Visto que, toda obra que nuestro Padre celestial lograrÃa en la tierra, debÃa ser con su Hijo Jesucristo nacido del vientre estéril de Sarah, por el EspÃritu Santo, en Canaán, como Isaac: y escogió a Canaán para Él vivir allà por siempre amado,
enriquecido y bendecido por sus hijos de Israel y de las naciones, conquistando asà riquezas, poderes y glorias por edades interminables. Ciertamente, riquezas, glorias y poderes que necesitan ser conquistados por nuestro Padre celestial, en su semilla
santa, como la carne de Isaac llena de su EspÃritu Santo y del amor incondicional de su corazón santÃsimo por sus hijos, que entonces Él podrá conquistar estas riquezas para Él descansar de sus obras, logradas en su perfecta santidad, santidades ya
entregadas a nosotros para la eternidad.
Sin embargo, nuestro Padre celestial necesitaba empezar a vivir su vida gloriosa con su Hijo Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril de Sarah, por el EspÃritu Santo, viviéndola Él personalmente con Abraham, pero igualmente con todos
dispuestos a encontrarlo a Él en la carne sin pecados de Isaac y su sangre expiatoria de perfecta santidad, finalmente posible para todos nosotros en la tierra. Realmente, nuestro Padre celestial necesitaba derramar poderes del Juramento a Isaac sobre
su Hijo Jesucristo nacido como Isaac, llenando asà a Canaán de su perfecta voluntad permanentemente, por ende, bautizado en agua, invocando su santo nombre fuegos de perfecta santidad, entonces, tú serás su perfecta voluntad de su vida eterna en la
tierra, fallando siempre Satanás en entenderla, porque lo enriquece todo alrededor de ti.
En adición, nuestro Padre celestial estaba esperando por Abraham no solamente para vivir con su Hijo Jesucristo como Isaac por sus primeros años, para que él aprenda del amor que él necesitaba recibir, vivir y conocer para acercarse a Él sobre la
cruz del monte santo de Jerusalén, descansando sobre el monte Moriah, bendiciéndolo asà a él finalmente, como nunca antes haya sido bendecido. Ya que, nuestro Padre celestial necesitaba declararlo a él perfecto y santo sobre la cruz del monte santo
de Jerusalén, descansando sobre el monte Moriah, llamándolo a ser padre de una gran nación, que Él siempre soñó poseer, Israel, bendiciendo a familias de las naciones en toda la tierra por generaciones venideras, pero igualmente, Él necesitaba
bendecir aquellos ya yaciendo en el infierno tormentoso.
Legalmente, nuestro Padre celestial necesitaba un convenio de vida importante con Abraham y con el vientre estéril de Sarah, teniendo asà a su Hijo Jesucristo naciendo como Isaac, recogiendo pecados del mundo en el cautiverio egipcio, bautizado del Mar
Rojo, destruyo todo pecado, conquistando el corazón de la tierra con su bautismo que destruye pecados, salvando las naciones finalmente con su propia vida santÃsima. Además, nuestro Padre celestial necesitaba bendecirlos a todos ellos con su perfecta
santidad, que su Hijo Jesucristo habÃa traÃdo a Canaán al nacer como Isaac del vientre estéril Sarah, porque Él necesitaba el vientre estéril de la tierra, dándole vida nuevamente a sus hijos, nacidos inicialmente de Sarah, pero dándoles vida a
ellos con perfecta santidad de Él, como de un vientre virgen últimamente.
Francamente, nuestro Padre celestial necesitaba a cada hijo suyo de Israel y de las familias de las naciones del mundo entero, renaciendo de Él, pero renaciendo de un vientre virgen, que Él personalmente habÃa escogido de la familia de David, para ver
vida nuevamente, al renacer ellos del corazón de la tierra finalmente para ver vida de nuevo, pero con Moisés en perfecta santidad angelical. Históricamente, asà le dijo Isaac a Moisés: tú e Israel regresaran a la cruz del monte santo, en Canaán,
sirviendo al Padre celestial siempre, y esto es Israel antiguo, como una semilla santa con familias de las naciones antiguas y modernas clavados a la carne sagrada de Isaac, nacido del vientre virgen, como el Rey MesÃas, salvándolos a todos ellos
finalmente del pecado para siempre.
Ahora, nuestro Señor Jesucristo los salvó, realmente: porque él es Dios Todopoderoso con poderes redentores, pero igualmente, Él salvó a Israel y las naciones pasadas y futuras al nacer del vientre virgen, vivió una vida virgen, bautizándose
virgen en el Jordán finalmente: derrotó a Satanás, la muerte, el pecado y el infierno, al transferir su nacimiento virgen a cada creyente ya bautizado en agua. Francamente, lo que nuestro Padre celestial hizo, fue tener a hijos de Abraham renaciendo
de su semilla santa, como la carne de Isaac, renaciendo del vientre virgen de la hija de David, por el EspÃritu Santo, vivió una vida virgen, bautizado en el Jordán por Juan, entonces enfrentado a Satanás y la muerte con el Juramento a Isaac: destruyÃ
³ su reino de tinieblas postreramente.
Por eso, nuestro Padre celestial puede salvarte a ti para gozar victorias conquistadas con la carne sin pecados y sangre expiatoria de su Hijo Jesucristo en Canaán, derrotando a Satanás, pecados, la muerte y todo enemigo en toda la tierra, incluyendo
el infierno, y asÃ, tú vivas una vida gloriosa y llena de perfecta santidad que atrae riquezas siempre hacia ti y para todos. Y esto era algo, que nadie en Israel y en las naciones podÃa posiblemente lograrlo, de nacer virgen, para nuestro Padre
celestial verlo legÃtimamente como hijo suyo y sin pecados ante Él y su santo nombre fuegos, pero Isaac si lo logró perfectamente, entregándote asà a ti su nacimiento virgen, su vida enriquecida, bautizada con victorias sobre todo pecado y el mundo
entero perpetuamente.
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