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    Sábado, 19 de Junio, 2021 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica


    (Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)


    Cada Sábado: Poderes del Juramento a Isaac enriquecen a Israel y a cada Gentil, enriqueciendo la TIERRA entera siempre:


    El día llegó, cuando nuestro Padre celestial necesitaba descansar de sus obras, como cuando Él creó cielos y tierra, para que sea su dulce hogar, para Él y sus hijos amados nacidos de su imagen y de su alma santísima, descubriendo así nuevas
    riquezas insondables, glorias y honores, que Lucifer falló en conquistar con sus ángeles para su santo nombre en la gloria celestial. Sin embargo, nuestro Padre celestial necesitaba descansar de sus obras, creando cosas de la gloria angelical y de la
    tierra igualmente, pero Él necesitaba descansar con sus hijos nacidos de su imagen y a semejanza de su Hijo Jesucristo, y llenos de vida eterna de su Espíritu Santo, y así, ellos sean uno, así como ellos son divinamente conociendo el bien y el mal
    siempre.


    Ciertamente, nuestro Padre celestial necesitaba nuevas riquezas, poderes, glorias y honores para su santo nombre fuegos en la gloria angelical, pero igualmente en la tierra, y esto debía ser con sus hijos nacidos de su imagen y a semejanza de su Hijo
    Jesucristo y llenos de su Espíritu Santo, porque Él necesitaba a sus hijos perfectos y santos, así como Él en la eternidad. Definitivamente, nuestro Padre celestial debía conquistar no solamente la humanidad entera, pero igualmente la tierra con
    perfecta santidad saliendo únicamente de Él, por su semilla santa, que es su Hijo Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril de Sarah, preparando así Él mismo el corazón de la tierra con su perfecta santidad, como su reino de amor,
    descansando finalmente de obras de la eternidad.


    Ciertamente, nuestro Padre celestial necesitaba descansar de todas sus obras, que Él mismo había logrado toda una eternidad, creando no solamente cielos y tierra, pero igualmente el reino angelical junto con el universo, que es inmenso y casi imposible
    de alcanzarlo con estandartes humanos, sin embargo, Él necesitaba descansar de sus obras con sus hijos nacidos de su imagen y en su perfecta santidad. Más aun, nuestro Padre celestial había determinado conquistar riquezas, poderes, glorias y honores
    para su santo nombre fuegos, que huestes angelicales por las generaciones las habían perdido, porque: aunque ellos fueron creados con perfección y santidades eternas, pero siempre fallaban en ser perfectos y santos, así como Él lo es siempre, por
    ende, Él pensó en ti, naciendo de Él, pero primero Adán.


    Obviamente, nuestro Padre celestial necesitaba ángeles santos y perfectos, así como Él siempre es junto con su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, pero Él temía crearlos así, porque Lucifer se había revelado en contra de Él y de su santo nombre
    fuegos, aunque Él lo había creado a él para ser santo y sabio siempre—pero hacerlo más perfecto, era peligroso crearlos así. Por ende, nuestro Padre celestial pensó en ti, para que tú nazcas de su imagen y a semejanza de su Hijo Jesucristo y
    lleno de su Espíritu Santo, y así, tú puedas ser santo y perfecto, así como Él lo es eternamente, algo totalmente imposible para Lucifer y el resto de las huestes angelicales cumplir en sus vidas individuales ante Él en toda la eternidad.


    Por eso, es que nuestro Padre celestial tuvo que darle vida a Adán y a Eva junto con sus hijos, y este eres tú con tus amados, vecinos y amistades de todo el mundo, porque tú has nacido para ser perfecto y santo, así como Él en la eternidad, para
    glorias sin fin que huestes angelicales fallaron en alcanzarlas para su santo nombre fuegos. En otras palabras, nuestro Padre celestial hubiese fallado continuamente en crear ángeles tan perfectos, santos y sabios como Lucifer, porque para crearlos a
    ellos perfectos, santos y sabios, algo imposible, más bien, ellos necesitaban renacer de su imagen y a semejanza de su Hijo Jesucristo para ser perfectos y santos, así como Él en la eternidad, finalmente alcanzado nuevas riquezas para su santo nombre.


    Realmente, esta era una obra imposible para nuestro Padre celestial cumplir con las huestes angelicales, porque ellos fueron creados por poderes de su palabra viva, llegando así a ser perfectos y santos hasta cierto grado, sin embargo, para ser
    perfectos y santos, así como Él es siempre eternamente, era imposible para los ángeles en la eternidad, excepto si ellos podrían renacer de Él. No obstante, con su primer hijo humano Adán entonces nuestro Padre celestial lo lograría, porque
    naciendo de su imagen y a semejanza de su Hijo Jesucristo para conocer el mal y el bien, así como Él junto con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo lo han conocido toda una eternidad, igualmente, sus hijos lograrían ser perfectos y santos en su
    nueva tierra últimamente.


    Esto solamente sucede, con nosotros bautizándoos en agua, invocándolo, como Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo para abandonar la carne pecadora y el espíritu de error, alcanzando perfecta santidad por la carne sagrada y el Espíritu Santo,
    en donde tú serás perfecto y santo, así como Él es siempre, y así, tú ames, sirvas y lo glorifiques a Él eternamente. Ciertamente, nuestro Padre celestial necesita perfecta santidad de sus huestes angelicales y de sus hijos nacidos de Él y de su
    Hijo Jesucristo para exaltar su santo nombre fuegos en su nueva tierra, y así, Él seguir creciendo con ellos toda una eternidad de riquezas, glorias, poderes y honores nunca antes vistos, conquistados por Él mismo y con perfecta santidad siempre.


    Verdaderamente, esto es imposible con huestes angelicales, siempre fallando en la eternidad de ser perfectos y santos, así como Él lo es siempre, sin embargo, con sus hijos nacidos de su imagen y de su alma santísima, entonces esta perfección y
    santidad, que Él necesita para su santo nombre fuegos finalmente es posible, porque por naturaleza divina somos nosotros perfectos y santo una eternidad entera. Por eso, es que fue importante para nuestro Padre celestial llamar a Abraham a sentarse con Ã
    ‰l a su Mesa santa para participar del pan y vino, servido diariamente por su Hijo Jesucristo a huestes angelicales, manteniéndolos así a todos ellos perfectos y santos para su santo nombre fuegos, pero igualmente para sus hijos en la tierra, empezando
    con Abraham y familia.


    Además, nuestro Padre celestial necesitaba empezar a llenar la tierra con su perfecta voluntad, que solamente puede emanar de Él por su semilla santa, que es su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, viviendo en sus hijos de Israel y de las naciones, y
    así, Él descansar de sus obras logradas en toda su Creación finalmente con ellos en su perfecta santidad, como siempre. Ciertamente, nuestro Padre celestial necesita establecer su perfecta santidad no solamente para con Israel, pero igualmente con las
    familias de las naciones, para que cada hombre, mujer, niño y niña sea perfecto y santo, así como Él siempre lo es: amando, sirviendo y honrando su santo nombre fuegos con perfecta santidad que atrae riquezas, poderes y gloria en toda la tierra, como
    nunca antes.


    Además, nuestro Padre celestial necesitaba tener a su Hijo Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril de Sarah, por poderes del Espíritu Santo, y así, él viva con Abraham y con Sarah, pero igualmente con los hijos prometidos de generaciones
    venideras, declarándolos finalmente a todos ellos perfectos y santo, así como Él lo es para glorias de su santo nombre en la tierra. Realmente, esta es la santidad perfecta de nuestro Padre celestial, emanando únicamente de Él a semejanza de su Hijo
    Jesucristo, como carne de Isaac sin pecados en sus hijos, exaltando su santo nombre fuegos amado, honrado y glorificado por Él, finalmente descansando de sus obras, de otro modo, Él fallara en reposar, si su santo nombre fuegos no es amado
    apropiadamente en el Sábado.


    Visto que, toda obra que nuestro Padre celestial lograría en la tierra, debía ser con su Hijo Jesucristo nacido del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, en Canaán, como Isaac: y escogió a Canaán para Él vivir allí por siempre amado,
    enriquecido y bendecido por sus hijos de Israel y de las naciones, conquistando así riquezas, poderes y glorias por edades interminables. Ciertamente, riquezas, glorias y poderes que necesitan ser conquistados por nuestro Padre celestial, en su semilla
    santa, como la carne de Isaac llena de su Espíritu Santo y del amor incondicional de su corazón santísimo por sus hijos, que entonces Él podrá conquistar estas riquezas para Él descansar de sus obras, logradas en su perfecta santidad, santidades ya
    entregadas a nosotros para la eternidad.


    Sin embargo, nuestro Padre celestial necesitaba empezar a vivir su vida gloriosa con su Hijo Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, viviéndola Él personalmente con Abraham, pero igualmente con todos
    dispuestos a encontrarlo a Él en la carne sin pecados de Isaac y su sangre expiatoria de perfecta santidad, finalmente posible para todos nosotros en la tierra. Realmente, nuestro Padre celestial necesitaba derramar poderes del Juramento a Isaac sobre
    su Hijo Jesucristo nacido como Isaac, llenando así a Canaán de su perfecta voluntad permanentemente, por ende, bautizado en agua, invocando su santo nombre fuegos de perfecta santidad, entonces, tú serás su perfecta voluntad de su vida eterna en la
    tierra, fallando siempre Satanás en entenderla, porque lo enriquece todo alrededor de ti.


    En adición, nuestro Padre celestial estaba esperando por Abraham no solamente para vivir con su Hijo Jesucristo como Isaac por sus primeros años, para que él aprenda del amor que él necesitaba recibir, vivir y conocer para acercarse a Él sobre la
    cruz del monte santo de Jerusalén, descansando sobre el monte Moriah, bendiciéndolo así a él finalmente, como nunca antes haya sido bendecido. Ya que, nuestro Padre celestial necesitaba declararlo a él perfecto y santo sobre la cruz del monte santo
    de Jerusalén, descansando sobre el monte Moriah, llamándolo a ser padre de una gran nación, que Él siempre soñó poseer, Israel, bendiciendo a familias de las naciones en toda la tierra por generaciones venideras, pero igualmente, Él necesitaba
    bendecir aquellos ya yaciendo en el infierno tormentoso.


    Legalmente, nuestro Padre celestial necesitaba un convenio de vida importante con Abraham y con el vientre estéril de Sarah, teniendo así a su Hijo Jesucristo naciendo como Isaac, recogiendo pecados del mundo en el cautiverio egipcio, bautizado del Mar
    Rojo, destruyo todo pecado, conquistando el corazón de la tierra con su bautismo que destruye pecados, salvando las naciones finalmente con su propia vida santísima. Además, nuestro Padre celestial necesitaba bendecirlos a todos ellos con su perfecta
    santidad, que su Hijo Jesucristo había traído a Canaán al nacer como Isaac del vientre estéril Sarah, porque Él necesitaba el vientre estéril de la tierra, dándole vida nuevamente a sus hijos, nacidos inicialmente de Sarah, pero dándoles vida a
    ellos con perfecta santidad de Él, como de un vientre virgen últimamente.


    Francamente, nuestro Padre celestial necesitaba a cada hijo suyo de Israel y de las familias de las naciones del mundo entero, renaciendo de Él, pero renaciendo de un vientre virgen, que Él personalmente había escogido de la familia de David, para ver
    vida nuevamente, al renacer ellos del corazón de la tierra finalmente para ver vida de nuevo, pero con Moisés en perfecta santidad angelical. Históricamente, así le dijo Isaac a Moisés: tú e Israel regresaran a la cruz del monte santo, en Canaán,
    sirviendo al Padre celestial siempre, y esto es Israel antiguo, como una semilla santa con familias de las naciones antiguas y modernas clavados a la carne sagrada de Isaac, nacido del vientre virgen, como el Rey Mesías, salvándolos a todos ellos
    finalmente del pecado para siempre.


    Ahora, nuestro Señor Jesucristo los salvó, realmente: porque él es Dios Todopoderoso con poderes redentores, pero igualmente, Él salvó a Israel y las naciones pasadas y futuras al nacer del vientre virgen, vivió una vida virgen, bautizándose
    virgen en el Jordán finalmente: derrotó a Satanás, la muerte, el pecado y el infierno, al transferir su nacimiento virgen a cada creyente ya bautizado en agua. Francamente, lo que nuestro Padre celestial hizo, fue tener a hijos de Abraham renaciendo
    de su semilla santa, como la carne de Isaac, renaciendo del vientre virgen de la hija de David, por el Espíritu Santo, vivió una vida virgen, bautizado en el Jordán por Juan, entonces enfrentado a Satanás y la muerte con el Juramento a Isaac: destruyÃ
    ³ su reino de tinieblas postreramente.


    Por eso, nuestro Padre celestial puede salvarte a ti para gozar victorias conquistadas con la carne sin pecados y sangre expiatoria de su Hijo Jesucristo en Canaán, derrotando a Satanás, pecados, la muerte y todo enemigo en toda la tierra, incluyendo
    el infierno, y así, tú vivas una vida gloriosa y llena de perfecta santidad que atrae riquezas siempre hacia ti y para todos. Y esto era algo, que nadie en Israel y en las naciones podía posiblemente lograrlo, de nacer virgen, para nuestro Padre
    celestial verlo legítimamente como hijo suyo y sin pecados ante Él y su santo nombre fuegos, pero Isaac si lo logró perfectamente, entregándote así a ti su nacimiento virgen, su vida enriquecida, bautizada con victorias sobre todo pecado y el mundo
    entero perpetuamente.



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