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ivanvalarezo@gmail.com
Sábado, 20 de Marzo, 2021 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica
(Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)
El PADRE clavado con ISRAEL en CANAÁ N: ISRAEL antiguo con ángeles salta desde el cielo hacia la tierra al instante:
Espléndidamente, nuestro Padre celestial creó cielos y tierra, porque Él necesitaba ser amado no solamente por su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo junto con sus huestes angelicales, pero igualmente de sus hijos naciendo de su imagen y de su alma
santísima, pero ellos tenían que nacer de su semilla santa y su sangre expiatoria, llenos de su amor infalible toda una eternidad entera. Seriamente, nuestro Padre celestial necesitaba crear una tierra, amándolo a Él con su corazón santísimo
implantado en su centro, para Él descender a él con sus hijos nacidos de su carne sin pecados y de su sangre expiatoria, finalmente recibiendo su santo nombre, mordidos por serpientes de bronce sobre su cruz santísima, en Canaán, conquistando así:
amor, riquezas, paz, alegrías y glorias jamás vistas antes.
Realmente, nuestro Padre celestial necesitaba a sus hijos nacidos de su imagen y de su alma santísima, que sean perfectos y santos, así como Él lo es junto con su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, para amar, honrar y servir su santo nombre fuegos,
conquistando luego poderosas riquezas de amor, paz, alegrías y glorias asombrosas jamás vistas por huestes angelicales en la eternidad. Aquí es cuando. Nuestro Padre celestial te vio a ti nacer de Él, como su hijo, amándolo a Él junto con su Hijo
Jesucristo y su Espíritu Santo con su corazón santísimo no solamente plantado en el corazón de la tierra, pero igualmente en tu pecho junto con tus amados, vecinos y amistades, porque Él verdaderamente necesita amor de ti y de tus amados toda una
eternidad.
Empero, para nuestro Padre celestial tenerte a ti: amándolo a Él siempre, entonces, tú necesitabas nacer de su imagen santísima junto con tus amados, vecinos y amistades, y lleno de su amor infalible que siente poderosamente por su Hijo Jesucristo y
por su Espíritu Santo, conociendo así su amor asombroso, amándolo a Él apasionadamente siempre, pero en la tierra contigo, como su nuevo reino venidero. Definitivamente, tú naciste de la imagen y del alma santísima de nuestro Padre celestial para
conocer su amor infalible, sentida profundamente por su Hijo Jesucristo y por su Espíritu Santo, como su familia divina llena de su amor infalible, establecida en la gloria angelical, pero ahora, Él la necesita establecida en la tierra contigo, como su
nuevo reino de su amor eterno por sus hijos.
Verdaderamente, nuestro Padre celestial necesita a sus hijos naciendo de su carne sin pecados y de su sangre expiatoria llena de vida y de riquezas interminables en la eternidad, integrándose así a su nuevo reino de su amor eterno, en donde su amor por
su Hijo Jesucristo, su Espíritu Santo y sus hijos florecerá eternamente, conquistando riquezas, poderes y glorias jamás conquistadas por nadie. Además, este es un reino glorioso de amor por su Hijo Jesucristo, su Espíritu Santo, sus ángeles y por
ti junto con tus amados, vecinos y amistades, que eventualmente conocerán su amor asombroso, únicamente conocido en la eternidad y hasta hoy por su familia divina, para que tú la vivas enteramente, verdaderamente amándole a Él con grandes y
asombrosas riquezas cotidianas en la tierra.
Ciertamente, esta es la vida que tú necesitas poseer siempre, porque nuestro Padre celestial te dio vida a ti de su imagen y de su alma santísima, para que tú vivas su misma vida siempre junto con tus amados en la gloria angelical y en la tierra igual,
dándole a Él, su Hijo Jesucristo el amor que necesita recibir de ti siempre—aun ahora mismo. Realmente, esta es una vida gloriosa, que Satanás y la muerte siempre la bloquearan de ti con tinieblas de familias brujas, para que siempre falles en
vivirla, porque tú ya has sido amado, bendecido y enriquecido desde la fundación del mundo, y así, tu bendigas la tierra entera con riquezas para su reino venidero de amor eterno al fin.
Amorosamente, nuestro Padre celestial siempre ha conquistado todo lo creado con su amor infalible, que Él siempre ha sentido por su Hijo Jesucristo, su Espíritu Santo, las huestes angelicales y ahora contigo junto con tus amados, vecinos y amistades,
porque en su amor infalible, tú eres uno con Él toda una eternidad únicamente conociendo la vida que realmente te ama con poderosas bendiciones cotidianas. Por eso, fue importante para nuestro Padre celestial tener a su Hijo Jesucristo inmolado en la
gloria celestial antes de la fundación del mundo, para que tú nazcas de su imagen y de su alma santísima para únicamente conocer amor, paz, prosperidad, riquezas y alegrías sin fin, entregándole a Él y a su santo nombre fuegos glorias jamás
tocadas por el pecado para siempre.
Realmente, tú junto con tus amados, vecinos y amistades, nuestro Padre celestial ha encontrado amor, que Él siempre ha gozado en su corazón santísimo para su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, y que siempre ha estado contigo, pero fallando siempre
en conocerlo, como debieras, y así, tú lo ames a Él, así como Él necesita ser amado de ti ahora mismo para la eternidad. Ciertamente, nuestro Padre celestial tenia que entregarte a ti junto con tus amados, vecinos y amistades su semilla santa,
saliendo de Él, por su Espíritu, cuando su Hijo Jesucristo nacía como Isaac del vientre estéril de Sarah, en Canaán, derrotando pecados, a Satanás, diablos, la muerte y el infierno, y así, tú vivas hoy su vida, amándolo a Él grandemente,
enriqueciéndote a ti siempre.
Sin embargo, para nuestro Padre celestial tener a la esposa de Abraham, Sarah, dando a luz a su Hijo amado como Isaac, por su Espíritu, entonces, él tenia que comer con Él de su Mesa santa pan y vino, siempre servido en la gloria celestial a sus á
ngeles por su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, manteniéndolos a ellos así siempre perfectos y santos. Este fue un convenio de vida importante, que nuestro Padre celestial empezaría con su Hijo Jesucristo naciendo con la carne sagrada, los huesos
inquebrantables y la sangre expiatoria llena de vida eterna y de su amor infalible de su corazón santísimo, que necesitaba conquistar el corazón de la tierra, debajo de Canaán, pero igualmente conquistarte a ti y a tus amados en la tierra entera.
Además, nuestro Padre celestial necesitaba a su Hijo Jesucristo junto con su Espíritu Santo viviendo con Abraham, pero con Sarah también y con sus hijos adoptivos (comprados con dinero de extranjeros), y así, ellos aprendan a vivir en su carne sin
pecados y sangre expiatoria llena de vida, amándolo a Él siempre y a su santo nombre fuegos toda una eternidad entera. Ciertamente, nuestro Padre celestial necesitaba que su Hijo Jesucristo nazca como Isaac del vientre estéril de Sarah, por su Espí
ritu, finalmente estableciendo en Canaán su semilla santa, como carne sagrada y sangre expiatoria de su amor infalible y con riquezas cotidianas e interminables no solamente amándote a ti junto con tus amados, vecinos y amistades, pero igualmente amá
ndolo a Él en la gloria angelical siempre.
Considerando que, nuestro Padre celestial necesitaba no solamente salvar a cada hombre, mujer, niño y niña de las familias de las naciones ya yaciendo en el infierno, eternamente condenados, por no haber conocido su santo nombre fuegos para renacer del
bautismo en agua, teniendo así sus pecados perdonados, para ser bendecidos con amor, paz, prosperidad y riquezas interminable, pero necesitaba enriquecer la tierra entera también finalmente. Desdichadamente, Lucifer junto con sus ángeles caídos y la
muerte estaba llevando no solamente a la humanidad entera hacia la ruina eterna, pero igualmente la tierra entera, porque nuestro Padre celestial la creó con cielos gloriosos, como su dulce hogar, en donde su Hijo Jesucristo nacería con el cuerpo
glorificado, saliendo de Él, trayendo vida nuevamente a sus hijos, redimiendo la tierra últimamente del pecado.
Ahora, para nuestro Padre celestial lograr su obra salvadora junto con la carne sagrada y sangre expiatoria de su Hijo Jesucristo y lleno de vida eterna para todos, quitaría todo pecado junto con Lucifer, demonios y la muerte enteramente de la tierra:
seguidamente, Él quitó el pecado primeramente, estableciendo su corazón santísimo debajo de Canaán, salvando la Creación entera finalmente de la ruina total. Definitivamente, nuestro Padre celestial necesitaba establecer su amor infalible sobre la
tierra, empezando en su corazón, reemplazándolo con el suyo debajo de Canaán, y lleno de riquezas inagotables, paz, conocimiento del Señor, sabiduría, inteligencia, asombrosas dulzuras de leche y miel junto con sanidad y otros poderes importantes:
gozándolos sus hijos diariamente hasta convertir la tierra entera en su reino del amor eterno para la eternidad.
Verdaderamente, Adán y Eva comieron del fruto prohibido, del árbol de la ciencia del bien y del mal, entrando el pecado en la carne sagrada, que ambos recibieron de Él, viviendo en el paraíso y en la Creación entera en su perfecto amor con Él, su
Hijo Jesucristo, su Espíritu Santo y sus ángeles, más ahora Él los ve viviendo nuevamente con Él pronto—redimidos finalmente. Desdichadamente, esto fue algo imposible en la carne pecadora y en el espíritu de error, que Adán junto con sus Hijos
recibió, empezando con Eva, creyendo en la mentira de Lucifer, por la serpiente del Edén, y para Él tener a sus hijos regresando a Él nuevamente, entonces, su Hijo Jesucristo necesitaba nacer con la carne sin pecados en Canaán, por su Espíritu
Santo.
Entendiendo que, Lucifer se había rebelado en contra del santo nombre fuegos de nuestro Padre celestial, porque él lo necesitaba para establecer su reino de tinieblas que sus huestes angelicales fieles a él le seguían, para cumplir con sus deseos
malvados, contaminando la Creación entera con su pecado: pero luego Adán nació, contaminándose también para jamás honrar el santo nombre fuegos en la eternidad venidera. Ahora, Lucifer necesitaba contaminar a Adán junto con Eva con su pecado,
creyendo en su mentira dada a él, por la serpiente, logrando que no solamente ellos pequen, pero igualmente sus hijos en generaciones venideras, y así, nuestro Padre celestial jamás tenga a sus hijos honrando su santo nombre fuegos en sus vidas, así
como los ángeles lo han honrado en la gloria celestial siempre.
Porque la perfecta voluntad de nuestro Padre celestial es que su santo nombre fuegos sea amado, servido y exaltado por sus huestes angelicales, pero igualmente ahora por sus hijos nacidos de su imagen, empezando con Adán y Eva, conquistando nuevas
riquezas, poderes y glorias jamás antes vistas: por ende, Lucifer contaminó a los hijos con pecado, fallando así todos ellos siempre en conocerlo. Positivamente, al tener nuestro Padre celestial a su Hijo Jesucristo naciendo como Isaac del vientre
estéril de Sarah, por su Espíritu, entonces, Él lo hizo así, para Él mismo seguidamente descender con hijos de Abraham a conquistar el corazón de la tierra, tornándola en su corazón santísimo, entregándonos vida, amor y riquezas para las
naciones, empezando con Israel, en donde sea que ellos vivan hoy.
Actualmente, para que esto suceda en ti, en los tuyos, vecinos y amistades, entonces tú necesitas bautizarte en agua: abandonando la carne pecadora y el espíritu de error, en donde Satanás opera, por la carne sin pecados y el Espíritu Santo, en donde
nuestro Padre celestial opera con su perfecta voluntad siempre en la tierra entera, enriqueciendo tu diario vivir hasta que su reino venga. Ahora, nuestro Padre celestial necesitaba ejecutar esta obra salvadora con su Hijo Jesucristo nacido como Isaac
con la carne sagrada y la sangre expiatoria en Canaán, vistiendo así a sus hijos con su cuerpo glorificado, que es sin pecados siempre, pero igualmente vestir a naciones antiguas y modernas, para que el corazón de la tierra lo ame a Él
incondicionalmente toda una eternidad entera.
Visto que, Lucifer había logrado que Eva junto con Adán y sus hijos crean en su mentira, por la serpiente que haría que sus tinieblas prevalezcan en la Creación, empezando en el paraíso, contaminando finalmente el corazón de la tierra igualmente,
que cada hijo de Adán y Eva nacería en la carne pecadora, odiándolo a Él y a su santo nombre fuegos siempre. Ciertamente, nuestro Padre celestial percibía en la gloria celestial, cuan grandemente la carne pecadora de Adán y Eva, que sus hijos habí
an heredado, estaba deshonrándolo a Él y a su santo nombre fuegos en la tierra entera, que obligadamente necesitaba enviar a su Hijo Jesucristo con su Espíritu Santo a reemplazarla con su carne sin pecados en todos sus hijos para la eternidad
celestial.
Aquí es cuando: Nuestro Padre celestial te vio a ti, como su hijo legítimo, naciendo en la tierra: amándolo, sirviéndolo y alabándolo a Él y a su santo nombre fuegos desde su manto Sion toda una eternidad, en Canaán, empezando hoy en tu hogar y
con los tuyos, renaciendo, bautizado en agua, invocando su santo nombre fuegos para ver vida nuevamente, por siempre enriquecido. Ahora, nuestro Padre celestial necesitaba ejecutar esta gran obra salvadora con su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo,
empezando en Canaán con Abraham y familia, porque Él te necesitaba reemplazando tu carne de Adán y Eva, odiándolo a Él y a su santo nombre fuegos sobre su monte Sion, en Canaán, por su carne sagrada: amándolo a Él en cielos y en tierra siempre.
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